Descripción
Propiedades y beneficios:
- Estimula la circulación sanguínea.
- Analgésica, antibacteriana y antitumoral.
- Favorece la curación de heridas y cicatriza.
- Prevenir problemas corporales como pérdida de cabello.
- Evitar las molestias que provocan los hematomas por golpes o caídas o torceduras y esguinces.
- Es buena para preparar músculos y ligamentos: ayuda a evitar lesiones y te ayuda en los esfuerzos cotidianos.
- Aliviar el dolor inflamatorio como la osteoartritis y la artritis reumatoide, tiene un efecto o resultados similares a los que da el ibuprofeno.
Precaución:
- No tomarla durante el embarazo y la lactancia.
- No se debe aplicar sobre heridas abiertas y sobre hemorragias.
- Tras una intervención quirúrgica, sobre las cicatrices que puedan existir.
- Se debe aplicar con precaución sobre pieles dañadas, a fin de evitar, como en el caso anterior, que pueda ser absorbida por el flujo sanguíneo.
- Puede ser imprudente simultanear la toma de remedios con árnica y medicamentos anticoagulantes –los que retardan la coagulación sanguínea– y antiplaquetarios.
- En niños, hay que tener cuidado de no emplearlo en zonas cercanas a las mucosas (bocas, ojos), ya que su ingesta puede causar efectos neurológicos.
Modo de preparación:
Infusión
Esta forma de consumo del árnica es muy fácil de preparar, tomar unos minutos. Además de tomarlo, también puedes aplicarla directamente si tienes un moretón o algún dolor muscular.
Ingredientes:
- 1 taza de agua.
- 1 cucharada y media de hojas de árnica.
- Miel (opcional).
Preparación
Se pone una cucharada y media de árnica o una bolsita en una taza de agua caliente y se reposa 3 a 5 minutos. Colar y tomarla.
Si deseas, puedes endulzar con miel, pero yo recomiendo mejor sin endulzar.
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